terça-feira, agosto 22, 2006

La muerte de Lucida Casual

El cartel del portal de Lucida era de un musical que venía de Broadway.
Nunca has visto llover así decía. Y ella se lo creyó cuando al mirar al cielo la primera gota de las muchas que vendrían después la señaló en la nariz.
Tocada.
Poniéndose la chaquetilla de ganchillo sobre la cabeza cruzó la calle a toda prisa para encontrarse con el violinista.


***
Empezó con mi primer viaje largo y con la historia de una mujer que se dedicaba a buscar en otros, trocitos de la persona que amó.
Vivía en un pueblo llamado "Arrepentimiento" y estaba acostumbrada a ver acordeonistas y bailarinas despeñándose por un acantilado. Era una romántica y el día que la abandonaron decidió marcharse muy lejos, tan lejos que de pronto se me fué de las manos.
La pequeña Lucida Casual, la niña que nunca cumpliría más de 20 años se escapó.
Supongo que la podría haber tirado por un acantilado, como a los demás habitantes de Arrepentimiento, todos aquellos cobardes que no le importaban a nadie. La podría haber mandado de vuelta a casa con las maletas llenas de recuerdos que nadie hubiera escuchado.
Sin embargo sé, con absoluta seguridad que Lucida Casual decidió desaparecer durante un tiempo. Olvidarse de su vida, la que yo contaba, la que yo narraba, olvidarse de mi, y decidir que su búsqueda no era una búsqueda en la que yo tuviera permiso para mirar. A estas alturas de la vida, creo que lo que hizo fue lo mejor que podría haber hecho.
Para todos los que no conocieron a Lucida Casual
Así, de momento, los viajes de Lucida Casual terminan aquí.
Comienzan las Nélidas Liadas.

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