quinta-feira, dezembro 09, 2010

Martes


- Pero tu crees… ¿crees que yo soy de verdad?
- Tú siempre has formado parte de mi realidad.

Se palpó el corazón, asegurándose de que aún latía, y el resultado la satisfizo.

Esa semana había escondido muchas cosas. Detrás de los armarios, en el buzón, dentro de los libros. Había escondido sus recuerdos para que no la molestaran y cuando salía a la calle se tropezaba con todos ellos.
Eso, es por que miro al cielo, solía pensar, para no caer al suelo.
Sin embargo, una noche de entre todas ellas, cogida de la mano del desconocido que la iba a salvar, se dio cuenta de que las cosas son más simples de lo que parecen, y poco a poco y con ayuda del otro, el que no esperaba nada, empezó a sacar papelitos doblados de los cajones, fotografías arrugadas y todas las palabras que había escrito que eran muchas y se las enseñó.
Después, con una sonrisa a medias, la primera real en mucho tiempo se deshizo poco a poco de ellos, sus recuerdos, sabiendo que ahora también pertenecían a otro, que compartiría la narración de la vida, su vida. Erigiendo mundos reales compartidos.
Porque todo puede empezar de nuevo, pensó.
Porque puede empezar un día cualquiera, como un martes.

Y hoy, siempre es martes.

quinta-feira, agosto 12, 2010

Conversaciones con P.


El otro día P (o no) me preguntaba acerca de unos diálogos que había escrito. Me decía que eran artificiales, que no parecían de verdad... Me pasé toda la noche dándole vueltas al asunto, me puse a escribir, al final. No me quedaba más remedio. Le conteste desde un papel. Algo que me va a tocar hacer cuando se marche. Así voy practicando entre mis tristezas...

Dice que los diálogos son un poco artificiales... (refunfuño) Eso es lo que tiene que la primera persona además sea escritor P, que la mayoría de esta gente, la que escribe se dedica a embellecerlo o a estropearlo todo... se debe a una capacidad narrativa, a un vago intento de modificar la realidad a través del lenguaje, para después creérselo. Ellos son capaces de todas esas cosas, son capaces de inventarse una vida que no llevan. De tener una voz que no existe. De hablar, de mantener conversaciones que realmente no son, ni siquiera se parecen a las de verdad. Qué triste, ¿verdad P?, que nosotros también escribamos y hagamos lo mismo. Que creemos mundos imaginarios así, sin ton ni son para que otros se dediquen a manipularlos , los que nos escriben a nosotros, que acaben con ellos incluso antes de que puedan ser leídos por otras personas.

Por eso seguimos manteniendo esos diálogos que a veces no sé si suceden de verdad...

-Ojalá fueras un poco más tonta- me dijo mi madre al empezar el verano...

-Eso estaría bien mamá- dije en voz alta y añadí, bien bajito... solo para mí- ... ojalá pudiera ser otra...