quinta-feira, agosto 12, 2010

Conversaciones con P.


El otro día P (o no) me preguntaba acerca de unos diálogos que había escrito. Me decía que eran artificiales, que no parecían de verdad... Me pasé toda la noche dándole vueltas al asunto, me puse a escribir, al final. No me quedaba más remedio. Le conteste desde un papel. Algo que me va a tocar hacer cuando se marche. Así voy practicando entre mis tristezas...

Dice que los diálogos son un poco artificiales... (refunfuño) Eso es lo que tiene que la primera persona además sea escritor P, que la mayoría de esta gente, la que escribe se dedica a embellecerlo o a estropearlo todo... se debe a una capacidad narrativa, a un vago intento de modificar la realidad a través del lenguaje, para después creérselo. Ellos son capaces de todas esas cosas, son capaces de inventarse una vida que no llevan. De tener una voz que no existe. De hablar, de mantener conversaciones que realmente no son, ni siquiera se parecen a las de verdad. Qué triste, ¿verdad P?, que nosotros también escribamos y hagamos lo mismo. Que creemos mundos imaginarios así, sin ton ni son para que otros se dediquen a manipularlos , los que nos escriben a nosotros, que acaben con ellos incluso antes de que puedan ser leídos por otras personas.

Por eso seguimos manteniendo esos diálogos que a veces no sé si suceden de verdad...

-Ojalá fueras un poco más tonta- me dijo mi madre al empezar el verano...

-Eso estaría bien mamá- dije en voz alta y añadí, bien bajito... solo para mí- ... ojalá pudiera ser otra...

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