terça-feira, abril 29, 2008

Al principio de un viaje escribí




Imaginemos a un hombre que sorprendido admira los zapatos blancos de gran diseñador, que lleva una maniquí del escaparate de una tienda de uniformes. El hombre baraja la idea de comprárselos a su mujer, pero teme que sean demasiado caros. Aun así, armado de valor y enamorado de unos zapatos de lujo que lleva la maniquí disfrazada de señora de la limpieza entra en la tienda y los compra por el módico precio de 50 rupias, más o menos lo que cuesta un viaje espacial.


Al llegar a casa se los entrega a su mujer y esta sorprendida le promete ponerselos la próxima vez que le toque limpiar la nave.


Por los zapatos de su mujer muchos hombres hubieran deseado estar en una isla desierta.




****



Al final del viaje me dí cuenta de que ese día, en esa playa en la que se hablaba en otro idioma debí de prometer, sin darme cuenta, mi vida a quien lograse conocer a mis personajes mejor que yo.



solo para que me cuente su vida por las noches...



solo para entender la mia, mi vida.



Sigue la pista.

2 comentários:

Anónimo disse...

cuanto tiempo!

como va?

Pásate por mi perfil y verás lo que hago ahora

y ahora cuídate

Anónimo disse...

Me gusta como escribes!!